¿Que esconde Born This Way?

La segunda italoamericana más famosa -y ambiciosa- del mundo conjuga dos talentos que hasta ahora resultaban incompatibles. Es toda una piano girl y, a la vez, una vedette capaz de ejecutar rutinas de baile con decisión. Lady Gaga es hija legítima de Elton John y Madonna, sobrinísima de Freddy Mercury y David Bowie, nieta de Cher y Grace Jones y la amiga rara de Michael Jackson. Y es que los que no la han reconocido como parte de la familia es porque han fallecido o aún no se han manifestado al respecto. Por su parte, la prensa intenta enemistarla con su hermanastra Katy Perry, o con sus hermanas mayores Christina Aguilera y Britney Spears. Con esta última mantiene un particular family affair. Parece que el lanzamiento de Hold It Against Me, el chute adrenalínico de Britney, ha provocado el retraso de Born This Way, lo nuevo de Gaga. ¿Por qué si no iba a esperar a mayo para publicar un trabajo casi terminado desde verano? Y es que la Spears no se achanta ante la pujanza de la neoyorquina, y se ha lanzado de lleno al ‘chunda chunda' sin necesidad de exhaustivos cambios de imagen o una actitud milimétricamente punk. Britney es mucho más campechana.

Lo que esconde Born This Way es un misterio. La estrategia de Gaga para crear expectación provoca que sus seguidores clamen por Assange para que filtre algo ya. Pero está claro que la espera valdrá la pena, o eso es lo que se deduce de Scheisse (‘mierda' en alemán), la remezcla de un tema nuevo que ha estrenado en el último desfile de Thierry Mugler (cuyos modelitos lucen Beyoncé o la Veneno), y que se alimenta de techno-house noventero, muy Máquina Total, con versos en alemán y estribillo eurodance, para variar, decorado con efectivas onomatopeyas. Todo ello presagia himnos desesperados con letras influidas por sus conversaciones con el gurú Deepak Chopra. "Música electrónica con melodías épicas y toques metal y rock and roll", así es como define ella misma -no sin exageración- el sonido de Born This Way. El sencillo se lanza el 13 de febrero, dos días después del aniversario del suicidio de Alexander McQueen, íntimo amigo suyo, en cuyo último desfile Gaga presentó Bad Romance. Días emotivos para la moda y el pop. A él se deben la estrambótica imagen de Björk y, por supuesto, gran parte del vestuario de la nueva diva total que, con toda su parafenalia, aportará durante 2011 esa carga de fantasía e ilusión diaria sin la que muchos no sobreviviríamos.